viernes, 22 de enero de 2016

¡Que no! ¡Que sí!


-¡Que no!

-¡Que sí!

-¡Pero si no hace frío!

-¡Pues me da igual!

-Te va a salir el sarampión.

-No me sale, que ya lo he pasado.

-Luego vendrás protestando y sudando como un pollo.

-El del tiempo dice que han bajado las temperaturas.

-Será en Siberia porque aquí...

-Pues yo me pongo el visón de pega lo mismo. ¡Mira lo mona que estoy con él!

-Aunque la mona se vista de seda...

-¡Pues me lo pongo y me lo pongo!

-Vale, pa ti la perra gorda. Si será tozuda esta niña...





¡Por favor, que llegue el frio de una vez!


viernes, 8 de enero de 2016

Muñeca marcada Edi


Tengo tantas cosas nuevas que contaros que no sé por donde empezar. Hay nuevos miembros en mi pequeña familia muñequil y muchos proyectos. Como todo está a medio cuajar al final me he decantado por mostraros esta muñeca que ya hace tiempo que quiero presentaros y que lleva conmigo más de 20 años. Armaos de paciencia si es que queréis llegar al final, pues me temo que va a ser una entrada bastante larga y soporífera.

Esta nena tiene una historia curiosa y un poco triste a mi modo de ver. Estaba en un piso cerrado que pertenecía a una pariente política. Esta señora vivía con un sobrino, y cuando la ingresaron en una residencia de ancianos la familia pidió ayuda para vaciar el piso y tirar lo que no sirviera.
Es deprimente vaciar una casa llena de recuerdos y objetos acumulados a través de toda una vida. Recuerdo aquel día como un momento triste. Entre los muchos trastos que removimos apareció esta pequeña que llevaba muchos años sentada encima de una cómoda recogiendo polvo y suciedad. Cuando acabamos de vaciar el piso me la regalaron.
En origen la muñeca llevaba una peluca de cabello natural de color rubio oscuro peinada con un espeso y largo flequillo y una especie de moñete en la parte trasera de la cabeza. En mi supina ignorancia, y viendo la cantidad de porquería que tenia el pelo le quité la peluca que iba unida a un casquete que encajaba en la cabeza abierta. En aquel entonces no se me ocurrió que hay maneras de restaurar el cabello, y dado que no vi forma de limpiar aquella maraña de mugre tiré la peluca con el casquete a la basura. Hoy me sigo dando de bofetadas por semejante despropósito.
Por lo demás desnudé a la nena y le saqué el llorón que llevaba a la espalda pues soltaba un polvillo muy desagradable. Por supuesto el llorón siguió a la peluca en su camino hacía el vertedero. Más bofetadas me daría.
En fin, que desnudé a la pequeña y lavé con cuidado su ropita. Bueno, con cuidado, con cuidado... metí la ropa interior en lejía para blanquearla y las braguitas se desintegraron. Literalmente. El resto de la ropita resistió bien mis lavados en  plan destroyer y todavía sobrevive.


La muñeca mide 45 cm. y por el estilo diría que es de los años 50.
Aquí se puede apreciar el cuerpo de cartón piedra articulado con sistema de gomas. El talle es muy largo con respecto a las piernas que resultan algo cortas. El cuerpo está en excelente condiciones con las articulaciones fuertes y la pintura perfecta.  Lleva pintadas de rojo las uñas de las manos.
El cuerpo lo limpié con cera natural y parece que fue un acierto pues quedó perfecto y lustroso.
A la cabecita le pasé un paño ligeramente humedecido hasta sacar toda la suciedad y tampoco sufrió daños.


La parte trasera presenta el hueco donde estaba insertado el llorón.


La cabeza creo que es de celuloide, aunque me puedo equivocar ya que no entiendo mucho de materiales antiguos.
Los ojos son durmientes y están sombreados con aerografo. Las pestañas originales eran de pelo y muy espesas, pero como estaban tan sucias y empolvadas se las arranqué y las sustituí por pestañas postizas. Como veis era un autentico desastre tratando muñecas antiguas. Por suerte mis criterios han cambiado mucho y si hoy cayese en mis manos una muñeca de este tipo la trataría de manera muy diferente. Me arrepiento enormemente del trabajo de destrucción (más que de restauración) que hice con esta pobre criatura.


Tiene las orejas perforadas para llevar pendientes.


La boquita está abierta y muestra seis dientes. Por la parte interior lleva un tejido teñido de rojo.
Cuando esta pobrína se quedó sin pelo por mi mala cabeza eché mano de un casquete con melenita corta que llevaba mi primera muñeca de porcelana y que encajaba a la perfección en el hueco de la cabeza. Huelga decir que su nuevo cabello es sintético y está bastante poroso. Nada que ver con su elegante peinado de origen.


En la nuca lleva la marca "Edi".
He estado investigando un poco y he podido averiguar que hubo una marca alemana llamada "Edi" que se dedicaba sobre todo a la producción de pequeños muñecos de celuloide. Ignoro si dicha marca tiene algo que ver con esta muñeca. He visto en Todocolección una muñeca negra de esta marca con características muy similares, pero no he encontrado más información sobre ella.


Los pies no llevan el detalle de los dedos.
La muñeca estaba descalza y mi padre le hizo unas sandalias sencillas y un poco rústicas. Tengo que intentar hacerle unas un poco más bonitas.


Toda la ropa está cosida a mano con verdadero primor. La enagua lleva puntillas de valenciennes cuidadosamente aplicadas.


La enagua va cerrada con botones de nácar y presillas.


Los ojales del vestido están bordados a mano. Los botones son también de nácar.


El vestido está confeccionado en cuadritos vichy verdes y blancos. El delantero y los bolsillos están bordados a punto de cruz lo que le da un cierto aspecto de nido de abeja. El cuello es de piqué blanco.
Se cierra con una lazada detrás.


Como ya dije las braguitas no resistieron mis lavados y hubo que sustituirlas por estas de crochet que hizo para ella mi madre.


La enagua de algodón le queda preciosa aunque no ha recuperado del todo su blancura.

Y bueno, aquí os dejo la sesión de fotos que le he hecho a la nena.

Una visita al gallinero
Y otra al kiosco


Jugando con Mariquita Pérez
¡Que ricos los anises!
Cogiendo flores
Un pajarito de hojalata
Acunando al bebé

Gracias por la paciencia de llegar hasta aquí.
Espero que os haya gustado esta muñequita, y que no penséis muy mal de mi por todos los destrozos que hice con ella.