Ayer me llamaron de la jugueteria donde suelo comprar mis Nancys: ¡por fin había llegado la esperada
Nancy 45 Aniversario!
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Mi niña todavía en su caja |
Allá que me fui toda ilusionada pues ya me moría de ganas de tenerla conmigo, lo mismo que esos dos conjuntos que no pude tener cuando niña y que ahora estaban al alcance de mi mano.
Estaba doblemente contenta pues recordé que la ultima vez que fui por allí todavía les quedaban un par de ejemplares de
Nancy Boutique, muñeca que no pude comprar pues iba muy justa de dinero en ese momento. Mientras caminaba a buen paso iba pensando que si aún estaban, una de ellas se vendría a casa, ya que había juntado un dinerito para mis caprichos muñequeros y era la ocasión de invertirlo.
Cuando llegué a la jugueteria, empezó -tal y como esperaba- la penosa tarea de hallar una
Nancy con los ojos más o menos iguales. No sé si es que tengo mala suerte, o soy muy tiquismiquis, pero de las 10 nuevas que habían recibido solo dos tenían los ojos de igual tamaño y las pestañas colocadas más o menos en el mismo ángulo.
Abreviando diré que elegí la que me pareció mejor, que -todo hay que decirlo-, es una pelirroja realmente muy bonita y el vestido
Gran Gala que lleva no está nada mal tampoco, aunque la tela de las braguitas tenia unos enormes rotos y me han tenido que dar las de otra muñeca.
Para mi alegría todavía tenían las
Boutique, así que también me quedé con una ellas. Estaba yo tan contenta con mis nuevas niñas que ya puesta y renunciando a una prenda de vestir para mi les compré los dos conjuntos.
Estaba impaciente por llegar a casa y liberarlas de su prisión, y sobre todo quitarle a la pobre
Nancy Boutique ese conjunto tan espantoso que lleva y vestirla con los nuevos.
En estas estaba yo, desnudando a mi niña y prodigándole toda clase de mimos y ternezas cuando veo que tiene el culete, la espalda y el cuello manchados de negro por la zona donde el velcro toca la muñeca. Primer disgusto.
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La pecosita que no pudo ser |
Allá que vuelve
Tabhita a la jugueteria con intención de cambiar a la niña por la otra, que -pobrína- estaba todavía peor por lo cual me fui a casa sin ninguna. Y así es como me he quedado sin mi pecosa. Mi gozo en un pozo.
No se si os ha pasado, pero el plástico de las ultimas Nancys se mancha irremediablemente cuando las vistes de negro o con colores oscuros. Sobre eso ya contaré la historia de mi pobre
Nancy Novia en otro momento.
Ya de vuelta en casa, y con mucha pena por haber tenido que renunciar a mi pecosita, me dediqué a sacar los conjuntos de sus cajas para probárselos a una de mis comunioneras. Otro disgusto. Y van.
Debo decir que los conjuntos han supuesto toda una decepción a pesar de lo cuidado de su presentación.
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Fantasía: que no os engañe su aspecto |
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Hippy: por dónde pasa moja |
Para empezar: huelen a moho; juro que no exagero, huelen como si hubiesen estado guardados en un sótano húmedo y polvoriento. Y no es lo peor, que con airearlos será suficiente. Espero.
Para seguir: la confección es bastante descuidada para el precio que tienen: 27 euros cada uno. Lo entendería en un articulo más barato, pero por ese precio deberían haberse esmerado más. Entre las seguidoras de
Nancy hay excelentes modistas que hacen verdaderas maravillas por precios mucho más asequibles y con materiales de primera calidad.
Famosa debería tomar nota.
El
Hippy no es que sea una maravilla; el pantalón es de una tela basta como la lona, y encima no incluye zapatos, pero bueno, tiene un pasar; al menos le vale a la muñeca, cosa que no se puede afirmar de el
Fantasia.
Si, damas y caballeros, el vestido le queda cortisimo, concretamente muy por encima del tobillo, y hasta dónde yo sé éste vestido debe cubrir los pies de la muñeca. Con eso puesto la niña podría ir tranquilamente a pescar cangrejos en el Misisipi sin miedo a mojarse el bajo de la falda.
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Preparada para vadear el río |
Y no es solo eso, pues los bracitos le pasan a duras penas y todo el vestido en conjunto le queda muy justo. El material también es decepcionante; es una especie de malla con un aspecto muy de baratillo, que además se engancha con una facilidad pasmosa. No he tenido nunca en las manos el modelo original de los setenta, pero al menos en los catálogos y fotos que he visto la tela aparenta más calidad. En la confección también se han cubierto de gloria; por no tener, no tiene ni dobladillo en el forro, y los del volante los ha resuelto con un zig-zag bastante cutre y descuidado.
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Nancy, víctima de un vahído después de mirarse al espejo |
El écharpe ni siquiera está cosido y vuelto; simplemente han doblado la tira de tela y le han hecho el zig-zag de marras a todo alrededor; entre eso, y que la tela tiene menos caída que un saco de arpillera resulta una verdadera birria.
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Nótese lo primoroso del acabado |
Y sigo con el capitulo de los zapatos: tienen la suela abombada, por lo que la muñeca no tiene estabilidad y es imposible mantenerla en pie. No sé si he tenido mala pata y me ha salido tarado, o si todos están igual.
En cualquier caso no recomiendo a nadie que los compre, sobre todo el
Fantasía. No valen lo que cuestan ni de lejos. Eso si, traen un colgante esmaltado con el que más vale que no te caigas si lo llevas puesto, pues lo más fácil es que se te clave en la yugular y mueras desangrada. Se lo podían haber ahorrado a cambio de hacer unos conjuntos algo más dignos.
Me siento completamente decepcionada, es más, en este momento me siento hasta estafada y así me gustaría hacérselo saber a los responsables de
Famosa. Sinceramente, dudo mucho que vuelva a comprar otra
Nancy o cualquier articulo relacionado con ella. Lo sentiré infinito, ya que me apasiona su mundo, y aunque no me sobra el dinero, ni mucho menos, siempre hago un esfuerzo económico para aumentar mi pequeña familia muñequil.
Somos muchos los que amamos esta muñeca y esperamos con ilusión cada novedad que nos proponen, pero si
Famosa no mejora la calidad de sus artículos, que por otra parte, no son precisamente baratos, terminaran por perder la confianza de buena parte de sus clientes, como ya han perdido la mía. Personalmente estoy cansada de ojos bizcos o de distinto tamaño; pestañas mal colocadas; pies que varían ligeramente de talla según la muñeca con los consiguientes problemas para calzarlas; diferencias de color entre las diversas piezas; materiales que se manchan con el simple roce de una tela oscura aunque sepas con seguridad que no destiñe y otras pifias de ese estilo.
Tal vez da la impresión de que soy exagerada y que no es para tanto, pero siento que a veces nos toman el pelo.
Me pregunto con qué fabricaban la
Nancy de nuestra infancia, esa que sacabamos hermosa e impecable de su caja y con la que jugabamos hasta el cansancio; y que a pesar de someterla a toda clase de trajines se mantenía siempre perfecta.
Supongo que he soltado toda esta infumable parrafada como un desahogo más que otra cosa.
Nada, que se me ha amargado el 45 Aniversario. En fin.