Por fin presento el ropero que les he hecho a mis niñas.
Si lo tengo es gracias a mi estimado Oruam que me facilitó las medidas y algunos valiosos consejos para su realización. Aprovecho la ocasión para darle las gracias de nuevo y recomendaros su estupendo blog: Las Nancys de Oruam. ¡No os lo perdáis!
Volviendo al ropero, he de señalar que no es exacto al original. No me fue posible hacer los acanalados decorativos en los listones verticales. Tampoco encontré un carpintero que quisiera cortarme las piezas a la medida exacta, por lo que usé unas maderas que llevaban tiempo en casa, y que precisamente compré con el propósito de construirlo mucho antes de conocer sus dimensiones que obviamente no se ajustan a las del original.
Aquí se puede apreciar que la pieza superior sobresale un poco. Si bien me hubiese gustado más acercarme al original, ese pequeño margen permite colocar en la parte superior maletines y otros objetos con mayor comodidad que siendo más estrecho. En fin, que no me ha quedado otra que hacer de la necesidad virtud.
Como no tiene el acanalado, he pintado una linea en color azul en la base a fin de que, en la medida de lo posible no quedara tan soso.
El frontal de la zona para el calzado es un poco más ancho y más alto de lo que debería, de modo que, los zapatos se ven más bien poco.
Mis niñas, -que son muy agradecidas y fáciles de contentar-, han recibido el ropero con los brazos abiertos. Ya tienen colgada una buena parte de su ropita de las perchas doradas que les he hecho con aluminio de manualidades.
Mi Sabine está intentando decidir que modelo se va a poner. ¿El azul...? ¿El blanco...? ¡Que dilema!
Parece que al fin se ha decidido por el blanco y nos lo muestra muy contenta, mientras Cuto la observa curioso.
¡Que presumida es mi Sabine!
¡Y que guapa también! Sus ojos grises de mirada dulce y profunda hacen un contraste maravilloso con su esplendida cabellera rubia.
Daremos a Sabine un momento de intimidad para que cambie su conjunto de noche azul celeste por ese bonito vestido que ha elegido.
¡Adios!