lunes, 22 de junio de 2015

Summertime


Ya es verano y mis pequeñas han dejado atrás colegio y libros de texto hasta Septiembre. Se merecen unas buenas vacaciones ya que han sacado muy buenas notas.
Como el calor aprieta han estrenado estos vestiditos tan frescos que les he confeccionado a partir de unos restos de volantes (cortesía de mi mamá) de esos que se usan para vestir las baldas de las despensas. Había realmente muy poco material por lo que han resultado bastante escuetos.



El que luce Marieta lleva la espalda al aire y un lazo en la parte de atrás. El de Susi se compone de faldita y top.
Me vuelven loca los cuadritos vichy para la ropa de las niñas. Los encuentro muy alegres y dan a las prendas un aspecto de limpieza y frescor que me encanta.


Susi está encantada con su conjunto de cuadritos rojos y me pide que le haga muchas fotos.


Que si, que ya hemos visto lo guapa que estás. ¡Ay, que presumida me ha salido esta niña!


Marieta tampoco se queda atrás cuando se trata de estrenar modelito.


Mis pequeñas os saludan desde un precioso atardecer y os desean un feliz verano. Nada mejor que estrenarlo escuchando el maravilloso Summertime en la cálida voz de Annie Lennox.


¡Un abrazo muy cariñoso para tod@s!

martes, 16 de junio de 2015

Un dormitorio para Nancy


Sabine ha querido presentaros una parte del dormitorio que como sabéis he estado preparando desde hace un tiempo para mis muchachitas. En mi mesa de trabajo no cabían ni el armario ni el ropero. Tendré que buscar otro sitio más adecuado para montar el dormitorio de las niñas.


A los muebles que ya conocéis se añade una camita copia del original. La he vestido con sábanas de algodón blanco adornadas con una franja en verde y una picunela en rosa. Los colores están escogidos para que coordinen con la funda nórdica, cuyo relleno se puede quitar en los meses cálidos y así poder usarla como cubrecama.
El estampado de la funda nada tiene que ver con la ropa de cama original, pero me gustaba el contraste con el blanco y el marino de los muebles. Tengo proyectado confeccionar otro juego con la colcha de cuadros rojos y blancos de la primera versión de la camita de Nancy.


Aquí vemos a Sabine muy bien arropada en su camita y acompañada por su osito de trapo. Parece que no tiene demasiadas ganas de salir de la cama. ¡Y es que está tan cómoda y confortable!


El sol asoma por la ventana y ya es hora de saludar al nuevo día.


Sabine se da otra vuelta en la cama y remolonea unos minutos más antes de abrir los ojos.


Por fin, mi perezosilla sale de entre las sábanas dispuesta a emprender sus tareas con el mejor de los ánimos.


Hoy ha amanecido fresco y no está demás ponerse una bata para no enfriarse.


Antes de desayunar Sabine ventila bien el dormitorio y lo deja perfectamente arreglado.


                   ¡Buenos días a tod@s!

lunes, 8 de junio de 2015

Los restos del naufragio


No tenía ningún sentido conservar mi vestido de boda, pero, como soy incapaz de tirar algo en buen estado lo metí en una bolsa de plástico hecho una bola y lo arrojé a las oscuras profundidades del armario del cuarto trastero; y allí quedó olvidado, hasta que hace unos meses hice limpieza de trastos y salió a relucir de nuevo.
Una vez más me sentí incapaz de echarlo a la basura. No por mantener recuerdos que ya no importan, si no porque además de mi total incapacidad para deshacerme de una tela, ese vestido lo cosió mi más querida amiga, y en cada puntada puso el gran afecto y amistad que me profesa y que data de nuestra infancia.
¿Que hacer con el vestido? No quería conservarlo, pero tampoco deshacerme de él. Al final se impuso la solución más lógica, que era convertirlo en algo diferente; que perdiera la forma de lo que fue y lo que estuvo asociado a él, y que a la vez, conservara en parte la huella que dejó en él mi amiga.
Descosí cuidadosamente cada cariñosa puntada. Ya no importaba que encogiera un poco, así que lavé y planché las piezas, y con ellas he confeccionado ropita para algunas de mis muñecas. El vestido era corto y de línea muy sencilla por lo que no va a dar mucho de si, pero me satisface conservar de alguna manera el recuerdo del trabajo de mi amiga y la ilusión que puso en él.
La primera que se ha beneficiado ha sido Camille a la que hice este vestido.





Es bastante simple, y como adorno solo lleva unas nervuras hechas con la máquina de coser. El bajo está rematado con bordado suizo. No se ve mucho, pero también le bordé un festón a máquina.
Las cintas que completan el vestido son de muselina. Lo mismo que las de los zapatos, que también están hechos en casa.



Quiero dedicar esta entrada a mi querida amiga, que recientemente ha sido operada de una grave enfermedad, y a la que deseo desde lo más hondo de mi corazón una pronta recuperación.
Considero un enorme privilegio disfrutar de su amistad y compañia.


Saludos muy cariñosos para tod@s l@s que nos visitáis.